martes, 8 de junio de 2010

PURO ARTE, NATURALMENTE

“Si Mahoma no va a la montaña, la montaña viene a Mahoma”. Este refrán usado a merced define perfectamente una tendencia decorativa y recurrente en interiorismo y mundo arquitectónico que prolifera con éxito año tras año: el jardín vertical.

La excusa de no tener tiempo para ir al campo o a
la montaña ve la solución en esta bella e innovadora técnica a niveles decorativos y ecológicos. Naturaleza en una ciudad gris sin espacio real para dar a luz a la creatividad innata de ésta.

El recurso natural y la creatividad humana se unen de nuevo para decorar enormes paredes de cemento, ventanales o terrazas con infinidad de formas, colores, y tamaño con una particularidad común: la verticalidad.

RAÍCES PROFUNDAS

Patrick Blanc, botánico y arquitecto francés, es el conocido padre de esta técnica revolucionaria. Su jardín vertical ha servido de inspiración para muchos creadores que le preceden. Esta modalidad además de otorgar un valor estético, añade multitud de ventajas ambientales.

Imitando a la naturaleza, diseña muros vegetales con plantas muy ligeras, irrigadas automáticamente con agua y nutrientes, como vía para que la planta no busque su alimento profundizando en las raíces. Usando una base metálica, una capa de PVC y otra de fieltro como soporte se consigue crear superficies vegetales que sirven de filtros de aire y reguladores térmicos, reduciendo hasta 8º la temperatura exterior y hasta 10dB la contaminación acústica.

BOSQUES A MEDIDA

Jardín vertical (Patrick Blanc), muros vegetales que tapizan paredes o terrazas de manera vertical.

Epiweb o Ecoweb (empresa Terribilis España), material sintético hecho de plástico maleable, desarrollado como la alternativa ecológica a las placas de dicksonia.

Flowerbox (Philippe Tisserand y Thibaut de Breyne), se cuelgan en las paredes como cuadros y facilitan el montaje vertical de la estructura donde crecen estas plantas.

Planter Wall Tiles (
Maruja Fuentes), cada bolsillo-maceta de este jardín vertical cerámico interior es una pieza modular que permite crear composiciones a medida.

Troncos de vid para montar tillandsias, formas caprichosas y de diversos tamaños, pulidos quedan muy bonitos y al estar más limpios las tillandsias destacan más.

La Green Light (
Natalie Jeremijenko) es un diseño autónomo alimentado con un pequeño panel fotovoltaico que combina iluminación de LEDs y un sistema de filtrado de aire a través de las propias plantas vivas.

Tillandsias colgantes. Como arañas tejiendo su telar se deslizan tillandsias del tejado con sencillo hilo de pescar. Par su riego puede instalarse un automático o nebulizar manualmente.

Jardineras verticales (Bea Goller para la empresa
Esteva), son módulos de poliéster reforzado con fibra de vidrio que pueden unirse en altura en un máximo de 4, mientras que si están fijados a la pared será posible hasta 7.

Alfombra de baño (
La Chanh Nguyen), musgo y tillandsias a tus pies. La base, un entramado modular de círculos que actúa a modo de recipiente individual, está hecha de un tipo de espuma imputrefactible llamada plastazote.


PENSAR EN VERDE

Desde el primer muro vegetal de Patrick Blanc en la Ciudad de las Ciencias y de la Industria de París en 1988 han sido muchos los proyectos que han visto la luz y la evolución de esta técnica y tendencia decorativa. Como los preciosos jardines verticales de CaixaForum Madrid, el acuario de Génova, el muro de Espace Weleda, el de la Fundación Cartier o el de las galerías Lafayette de Berlín de Patrick Blanc.

O elevada a categoría de arte en otra obra llena de belleza como la del mejicano Jeronimo Hagerman (Expo Zaragoza 08) y sus jardines colgantes de tillandsias xerográficas. El jardín vertical transitable Green Tower de Patricia Meneses e Iván Juarez (Lausanne Jardins 09). Un mirador urbano que se transforma con el paso del tiempo para camaleonizarse con el entorno. O el particular
Manga Farming del artista japones Koshi Kawachi. Una poética versión de los famosos jardines japoneses.

¿Y la comodidad de sentarse sobre la hierba? Así son las sillas y mesas del diseñador
Asif Khan dónde la hierba ha trepado por los objetos haciendo desaparecer su estructura original.

A nivel privado también son muchos los artistas particulares que convierten su hogar en reclamo. Es el caso del jardín de
Matthew McGregor-Mento en su apartamento de Manhattan, con más de 400 plantas con sistema de autorriego, o el caso de la sorprendente casa árbol del experto jardinero Michael Riley, también en su apartamento de Manhattan.

ECO TREND

La sinergia entre lo urbano y lo natural ofrece múltiples oportunidades y ventajas que han sabido aprovecharse por diferentes profesionales de sectores muy distintos. Empresas como Flowerbox, Terribilis o Dreamingreen nos impulsan al uso particular. Existen estrategias artísticas decorativas y vendibles como las macetas libro llevadas a cabo por la empresa italiana Gartenkultur o las maletas para cultivar del diseñador
Gionata Gatto. Otros prototipos son los cables trepadores, es decir, el cargador de móvil Vine que simula vegetación.

De igual manera, profesionales del marketing y la publicidad aprovechan esta técnica para mostrar su comunicación con originalidad. Adidas ya lo hizo en Londres (2009) en una campaña con un muro vegetal vertical con forma de deportiva, aunque con plantas sintéticas. Muchas so
n las opciones comunicativas con el fin de impactar, así como para infinidad de eventos o acciones reivindicativas, como la instalación de un Jardín vertical envasado en Madrid (artistas Luzinterruptus).
Incluso ha dado el salto a la gran pantalla para aparecer en grandes producciones como Avatar, inspirando la escenografía inolvidable del mundo emocional vital del pueblo avateño.


Es el caso de una inceíble granja urbana, bautizada como Dragonfly por su forma de alas de libélua, diseñada por el arquitecto belga Callebaut Vicente para la ciudad de Nueva York.Con sus ada menos que 132 pisos y una altura de 600 metros verticales, el Dragonfly sin duda rivalizaría y hasta dejaría pequeños a su lado a muchos de los rascacielos de Manhattan.
El edificio sería 100% autosuficiente energéticamente gracias a una combinación de energía solar y eólica. Puede albergar hasta 28 campos de de cultivos diferentes y producir fruta, hortalizas, cereales y también productos de origen animal como carne o lácteos. Habría incluso dependencias para laboratorios, oficinas y para sus habitantes-trabajadores. El agua de lluvia se almacenaría y, convenientemente mezclada y tratada con los residuos de la misma granja, se reciclaría para su uso agrícola.









Los jardines verticales vinieron para quedarse y reproducirse en todas direcciones. Valorar la naturaleza es nuestro deber y aprender de ella, nuestra obligación.